Hecho objetivo: para reservar piden que solicitante y acompañantes aporten sus datos, fotografía del DNI, “firma” personal, “vía internet”. Es desaconsejable por seguridad. Se aceptó que los presentara a la llegada, pero el “sistema” volvió a solicitarlos. Los facilité. El “sistema” insistió. Lo comenté personalmente. Soy asesor de empresas. Quise hacer un favor. Di algunos consejos profesionales. No se entendió. El problema no era la informática. Puede serlo para personas mayores que quieran hospedarse en el hotel, pero desistan, busquen otro alojamiento. El problema era, ¡es!, el riesgo de facilitar datos personales por la red. Situación subjetiva: dado que el diálogo se presta a percepciones subjetivas, no los citaré, pero la reacción y comentarios de la persona responsable están en contra de las pautas profesionales de Marketing y atención al cliente. Pusieron una nota muy negativa en lo que pudo ser una buena experiencia hotelera. Podía haberse disculpado. No lo ha hecho. Agrava su actuación. El hotel ¿por qué nombre en inglés? Podía llamarse “la sonrisa de Lorena”. Muy amable, servicial, atenta. Por ella se podría volver. Edificio muy moderno, tecnificado, decorado con gusto. Habitaciones muy bien dotadas, mejores que hoteles de más estrellas. Buena cocina. Desayunos muy variados, generosos. Bonita planta social con muchas revistas. Aparcamiento a la puerta. Si hay subordinación al “sistema” y a la gerencia y no se teme arriesgar con los datos vía internet, hotel recomendable.
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