Usualmente Siembre que visito Gómez Palacio me hospedo en Torreón dado qué hay mayor oferta de hospedaje, sin embargo esta vez decidimos hospedarnos en Gómez Palacio para conocer este hotel. Este es un hotelero chiquito pero agradable a la vista, la habitación y que nos asignaron es muy cómoda, limpia y tiene lo básico para pasar una noche tranquila, es un lugar muy tranquilo a pesar de que está situado prácticamente en el centro de la ciudad. Tienes la ventaja de estar en el centro pero sin el inconveniente del tráfico ruidoso que caracteriza a la zona centro de otras ciudades. Mención especial merecen los empleados, nos atendieron muy bien con la clásica y característica amabilidad de los durangueños. El restaurante me parece en términos generales muy bien, yo pedí un club sándwich y me pareció bastante bien en tamaño y sabor, otra vez la gran nota de la lleva el mesero con su amabilidad que te hace sentir importante. En cuanto al desayuno no es recomendable, la cómoda no me gusto, me serví menudo y poquito chicharrón, ninguno de los dos me pareció que tenía buen sabor, debo decir que deben mejorar en este tema dado que a dos cuadras del hotel está el centro, con una oferta culinaria más variad y de mejor precio. Especial mención merece el pan de blanco, estaba duro, me parece que era el del día anterior. Los platos para tomar la comida son platos muy pequeños y te ocasiona pararte varias veces a servirte. En términos generales recomendaría el Hotel pero no el desayuno.
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