Llegamos al hotel de viaje d estudios, alumnos de 1 de bachiller españoles, y lo primero que no encontramos fue la mala calidad de la cena, macarrones duros, carne de plástico y una tarta de la semana anterior. Nos dan las llaves y subimos a las habitaciones, las escaleras con la barandilla que se cae y cuando al fin llegamos a nuestra habitación llevamos la peor sorpresa de nuestra vida. Tres camas en una habitación que debería ser individual, el armario no se podía abrir debido a l mesita supletoria que taponaba su puerta, una televisión del tamaño de una tablet, colchones duros y almohadas desplumadas, las sábanas y toallas sucias e incluso de sangre, una ventana de la época de mi bisabuela y el baño no cierra la puerta, nos tenemos que trancar con las maletas, el agua sale sucia y da asco, las toallas son manteles y la ducha está llena de microbacterias, el gel de ducha que ponen es fairy, y dan por hecho que traigo mis propios amenities de casa ya que ellos no ponen nada, ni siquiera jabón de manos. Bajamos a desayunar al día siguiente y nos encontramos con un desayuno acartonado, de la semana anterior y muy basico, los croisantts que los tiras en el suelo y rebotan de lo duros que están. Bajamos a recepción a pedir el wifi y nos encontramos con que no habla ni español ni inglés ni francés, solo italiano, nos explica que el wifi solo funciona abajo y a veces, para conseguir cobertura nos tenemos que arrimar a la ventana, horrible. Me parece vergonzoso que este hotel sea poseedle de tres estrellas ya que con la calidad no se merece ni una. Una experiencia que no repetiría jamás ni recomendaría a nadie.
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