El baño de la habitación tuvo un permanente olor a orina que nunca fue subsanado en las limpiezas, el aire acondicionado no funcionaba, no hubo reemplazo de jabones ni papel higienico a menos que lo solicitaramos, la alfombra de la habitación sucia, no la aspiran. El momento del desayuno era realmente deprimente, se colocaban alimentos solo cuando se bajaba al comedor pero practicamente era competir por la comida con otros huespedes debido a la mezquindad y control de la cocina, había que entrar a la cocina para solicitar alimentos porque no había en el buffet, el café estaba frío y nos indicaban que lo calentaramos en el microondas!!!, una mañana ni siquiera hubo café, pusieron solo té, para mis hijas pregunté por el cereal y el yogurt y el cocinero solo me dijo "no tengo hermano". Nuestro último día en Perú merecía una despedida digna por lo que optamos por desayunar fuera del hotel. Lo peor es que cobran toda la estadía por adelantado y ya no hay escapatoria. Solamente es rescatable el Sr. Bronson que se preocupó por nosotros, fue muy amable, atento y, a nuestra opinión, debería ser el jefe de servicio y muchas cosas mejorarían. Jamás volveremos a este hotel, suerte a quien lo elija.
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