Me alojé en este hotel en abril de 2023 con mi pareja. El alojamiento está ubicado en pleno casco viejo de Bilbao, zona de bares y con mucho ambiente, por lo que no se tiene ningún problema a la hora de escoger un sitio para desayunar, comer, cenar o tomar algo. Se puede ir perfectamente andando a las principales atracciones turísticas de la ciudad porque cuenta con parada de Metro, de tranvía y de autobús muy cerca. A nuestra llegada, el personal, de lo mejor del hotel, nos propuso elegir si queríamos una habitación con vistas a la calle o al patio interior. Elegimos la segunda opción y no tuvimos molestias de ruido de fuera. Es cierto que se oyen algunos ruidos de otras habitaciones o de los pasillos. En general, el hotel está bastante limpio, nos hicieron la habitación (103) todos los días que estuvimos y nos guardaron las maletas tanto a la llegada como a la salida, algo que se agradece. La cama no era muy cómoda y la nota negativa de la habitación era que el cable de la tele estaba mal conectado y sonaba como a calambre todo el rato mientras estaba encendida. Con pillarle el punto a la postura de la tele se arreglaba. Quizás algún que otro espejo hubiera estado bien, aparte del del servicio. Precisamente el baño es algo pequeño pero con todo lo necesario. En resumen, es una opción bastante interesante para alojarse unos días en esta fantástica ciudad.
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