Hotel que tienen sus años. Ubicación en plena peatonal, con locales para comer o tomar un café, a sólo unas cuadras. Cerca del puerto, y de los centros comerciales, el casino, y el Blvd Gálvez que está lleno de bares y restoranes. Habitaciones amplias, limpias, pero, como en una máquina del tiempo, la decoración te transporta a los años 60´ Personal muy amable, desayuno completo, con dos zonas. Estacionamiento de fácil acceso y amplio (con costo aparte). No pidieron seña para reserva, pero menos mal que guardé el mail de confirmación, con el valor que me pasaron por teléfono, ya que en el momento del check out, me quería cobrar una dif. bastante elevada. Por lo demás, un lugar cómodo y no tan caro, si vas a usarlo sólo para bañarte y dormir, como en nuestro caso. Se deja recomendar.
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