Es la segunda vez que elegimos quedarnos en Raíces Ecolodge y, sin duda, seguimos encantados. El lugar es hermoso, rodeado de naturaleza, con un ambiente muy tranquilo y acogedor, ideal para descansar y desconectarse. La comida es variada y muy rica; el huevo con plátano maduro fue mi favorito en el desayuno. La habitación estaba muy bonita, cómoda y limpia, perfecta para relajarse después de un día de aventura. El servicio fue excelente; nos sentimos como en casa gracias a la hospitalidad de los empleados y de Ana y su familia (los dueños), quienes hacen todo con mucho cariño y atención. Nos encantó que el lugar tenga piscina y acceso fácil al río, lo que hizo aún más especial nuestra estadía. Sin duda, es un sitio al que siempre dan ganas de volver. ¡Súper recomendado!
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