En principio es un hotel de carretera, pero situado a la entrada misma del pueblo. Se cruza la calzada por un paso cebra, lo aue puede despertar algún recelo, sobre todo si ha oscurecido, pero el paso está bien iluminado por farolas en ambos lados. De todos modos, el centro está a un pequeño paseo y el sitio tiene también la ventaja de que aparcas sin problemas. Paso dos noches y un día como también en el restaurante. Me han gustado mucho los dos servicios. Las habitaciones son razonablemente cómodas para su categoría y están bien insonorizadas, algo importante al estar al lado de la carretera. Estoy contento también con el trato al público. El sitio es recomendable para el turista, como base no solo para el pueblo de Ribadeo sino para hacer excursiones por los alrededores.
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