Hotel Berri Versalles

Fuimos mi pareja y yo a pasar una noche porque estábamos haciendo el camino De Santiago. La ubicación para caminantes es mala ya que te obliga a salir del recorrido y desviarte unos kilómetros. La zona está pensada para tener coche pues no hay muchos servicios cerca y el pueblo queda lejos caminando. Las camas cómodas, el baño algo sucio ya que encontramos pelos de anteriores huéspedes. La ventana de la habitación apenas se podía abrir ya que quedaba muy alta y la bloqueaba la cortina tipo estor. Mención especial a la recepcionista, un encanto. Da gusto encontrarse con personas tan competentes y agradables. Agradecer su servicio y su atención. Nos ayudó mucho. Junto a la recepción tienen una máquina de café para que te sirvas gratuitamente. Aunque solo hay leche entera y la tienen fuera de la nevera, que con estos calores da un poquillo de cosa. También hay máquina expendedora y tienen restaurante, aunque los precios de este algo elevados.

La cama y almohadas muy cómodas. Hotel sin pretensiones pero cumple con las expectativas. Limpio y con todo lo necesario para descansar . El acceso fue con un código porque llegamos fuera de horario, pero sin problemas. Fácil y parking en la misma puerta. Quién lo estropeó fueron algunos clientes, como siempre ocurre, que llegaron de madrugada haciendo ruido y, por supuesto, nos despertaron. Gracias, volvería.