Hemos vuelto a este hotel por segunda vez, y la experiencia no ha hecho más que reafirmar lo espectacular que nos pareció la primera vez. Es un lugar con una personalidad increíble, algo que se percibe en cada detalle de su decoración. Cada rincón es digno de ser observado, y realmente invita a quedarte en cualquiera de sus espacios, disfrutando de un momento de tranquilidad, leyendo o simplemente contemplando el entorno. Se trata de un pequeño hotel de la cadena Relais & Châteaux, con pocas habitaciones, lo que lo hace aún más exclusivo y acogedor. Su patio interior cuenta con una pequeña piscina que añade un toque extra de relajación. El ambiente es tan agradable que resulta fácil desconectar del mundo exterior. El restaurante merece una mención aparte. La calidad de los platos es excepcional, una verdadera joya. Y cuando se compara con otros hoteles de este tipo, encuentro que su relación calidad-precio es de las mejores que se pueden encontrar. Por último, no puedo dejar de destacar el trato exquisito por parte del personal, siempre atentos, amables y dispuestos a hacer que tu estancia sea perfecta. En definitiva, este hotel sigue siendo un lugar al que sin duda volveremos, y lo recomendaría a cualquiera que busque una experiencia de lujo, relajación y excelente servicio.
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