Teníamos reserva para el verano pasado, y 2 días antes de la fecha de entrada, mi bebé de 11 meses enferma de gravedad y necesita ingresar en el hospital para un tratamiento intravenoso (poniendo en riesgo su vida). Lógicamente en cuanto supimos que ingresaba realizamos la solicitud de cancelación de la reserva para importunar lo menos posible al establecimiento, y nos pusimos en contacto con ellos vía email para disculparnos, explicar la situación, y preguntar por la posibilidad de un reembolso, cambio o vale, dado que era una desafortunada circunstancia impredecible y ajena a nosotros. No recibimos respuesta a ese email y llamé por teléfono, nunca se presentó quien habló conmigo, pero intuyo que era Celayeta (no, no voy a llamarle señor porque no se comporta como tal). Le expliqué el caso y su contestación fue que “a él le daba igual que mi hija estuviera ingresada en un hospital o que hubiésemos tenido un accidente de tráfico, que él la reserva la iba a cobrar porque eso no lo consideraba importante”. Le indico que me facilite como ponerle una reclamación porque no estoy de acuerdo con él y me contesta que “no soy cliente del hotel y por tanto no le puedo reclamar nada”, cuando, que yo sepa, si me ha hecho un cobro eso me convierte directamente en cliente (hecho que me confirma consumo de la Comunidad Foral de Navarra cuando lo comento con ellos). Le envié otro email con acuse de recibo volviéndole a exponer el caso y exigiéndole que se disculpara por esa falta de empatía y franca maldad que demostró al decir que le daba igual que mi hija se muera. A éste email, quizá por el acuse de recibo, sí respondió con una forzada disculpa y de nuevo diciendo que a él solo le importa el dinero. Si por teléfono hubiera mostrado algo de empatía (real o fingida, porque dudo que este ser la tenga), yo no hubiera seguido reclamando. Pero como se portó tan mal, interpuse una reclamación vía arbitraje de consumo, la cual se ha negado a aceptar (su establecimiento no se adhiere a este sistema). Gracias por no adherirse a la mediación porque me está dando usted la razón: si se adhiere le obligan a devolverme el dinero porque usted sabe que usted ha obrado mal. Disfrute del dinero estafado, y espero que tenga la conciencia (si la tiene) tranquila y pueda dormir bien, sabiendo que se está aprovechando y jactando del sufrimiento y las desgracias ajenas. No le deseo ningún mal a usted ni a su familia, es más, espero que no se encuentre con personas como usted en ningún momento. Le recomiendo que se lea “Cuento de Navidad”, de Charles Dickens. Dejo este comentario por aquí para que cada uno juzgue y decida si quiere o no hospedarse en este establecimiento, que sepan ustedes que si no pueden acudir porque les operen de apendicitis o tengan un infarto los días previos, no está considerado motivo justificado de ausencia.
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