Rocío G
4 April 2025
Tuve la gran suerte de poder disfrutar en el Gran Hotel Las Caldas de un fin de semana maravilloso con mi marido y unos buenos amigos. Aunque sabíamos que el entorno natural y las instalaciones eran excepcionales, no contábamos con que la experiencia iba a ser tan especial e inolvidable (además tuvimos un tiempazo con muchísimo sol y con unas temperaturas estupendas para ser un mes de marzo en Asturias). Nuestra habitación, que estaba completamente equipada, era muy grande, muy cómoda y muy luminosa. Además, tenía albornoz y chanclas de cortesía, fundamentales para poder disfrutar del Balneario Real (ir en albornoz y chanclas por el hotel no es nada raro). El baño es muy espacioso y cuenta con ducha y bañera. Si eres de pelo largo y rebelde (como yo) despreocúpate de ir cargada de productos para el pelo o de secador, ya que hay de todo y de muy buena calidad. Uno de los momentos más agradables del fin de semana eran nuestros desayunos en la Sala de los Espejos. El lugar más bonito en el que he desayunado jamás. La oferta gastronómica es super amplia y riquísima (con quesos de la tierra, carne de membrillo, diferentes panes). Y qué decir de las cenas en el restaurante Scanda... Simplemente exquisitas. La calidad-precio es perfecta, con una opción de platos muy amplia y variada (carnes, pescados, verduras y unos postres caseros de los que todavía hablo... Mención especial al arroz con leche. ¡Menuda maravilla!). Gracias a Arturo, el responsable de Sala, y a todo su equipo de cocineros, camareros y camareras por recibirnos en cada cena y desayuno con una simpatía sin igual y con la mejor sonrisa, y por elevar la gastronomía asturiana de Las Caldas a otro nivel con sus recomendaciones y explicaciones detalladas. La experiencia en el Balneario Real fue igualmente memorable. He visitado varios baños (incluso fuera de España) y termas y puedo decir con total convicción que estas son las mejores instalaciones en las que he estado; ya no sólo por ser realmente bonitas (qué decir de la Sala de Columnas... es un sueño de lugar) sino porque realmente le das paz a tu cuerpo y a tu mente en un lugar único e inspirador. Para el final dejo la joya de la corona: el equipo del Gran Hotel Las Caldas. Desde las camareras de piso, pasando por el equipo del Baleario Real o de las cabinas de tratamiento... El trato es insuperable: amabilidad, cercanía, simpatía... Hay lugares que, por diferentes motivos, se quedan grabados en el alma. Las Caldas ya es - para mi- uno de ellos.
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