Un lugar muy familiar, atendido por la propia dueña, Susana, una genia. la mejor predisposición desde el primer momento, todo muy limpio y ordenado, las camas muy cómodas, linda vista por las ventanas, la pileta un lujo, algunas habitaciones con hidromasaje, el baño lindo y muy limpio, el desayuno muy rico y muy completo (no te mezquina nada) ubicado a 200 metros del río y de las costas balnerias, el centro también queda cerca, con estacionamiento privado y cerrado, o podes dejarlo en la puerta ya que tiene mucho lugar y lo miras por la ventana de la habitación.
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