Hotel Desiree

Appena arrivati si capiva subito che il proprietario adora i turisti… come no. Accoglienza calorosa quanto una porta chiusa in faccia e atmosfera perfetta se il tuo sogno è pagare tanto per ricevere poco. Il letto era un’esperienza sensoriale: cuscini e materasso talmente rigidi che credo fossero in legno massello. Dormire lì era come abbracciare una panchina del parco. La doccia, stile “transformer”, sembrava uscita da un esperimento di design andato storto: scomoda e complicata come un mobile IKEA senza istruzioni. E il checkout? Una perla. Alla richiesta dei nostri documenti, il proprietario ha tirato fuori un mazzo di carte d’identità di altri ospiti, lanciandoci una simpatica sfida: “Avete un po' di lavoro eh?, buon divertimento!” La privacy ringrazia.

Sono stati una settimana fa in vacanza. Andrea e la sua famiglia mi hanno fatta sentire come in famiglia!! È il secondo anno che vado da loro e mi sono trovato benissimo!! Cucina più che ottima colazione buonissima!! Grazie per la bella vacanza...

Llegamos pasado el medio día y nos encontramos con un letrero escrito a mano en la puerta de acceso para llamar a unos celulares ya que la puerta estaba cerrada. Cuando nos abren, la señorita nos dice que el dueño estaba tomando una siesta y que ella estaban en otro lugar así es que por eso debían mantener la puerta cerrada, ya con eso comenzamos mal. Luego nos dan una habitación familiar (viajamos con mi marido y tres niños de 4,6 y 8 años) con una cama de dos plazas, otra de una plaza y un camarote en donde la cama de arriba era plegable al muro y para subir había que poner una escalera de fierro que tenía una punta de fierro que se encajaba a la estructura sumamente peligrosa ya que no era para nada estable y considerando que íbamos con niños pequeños era aún más peligrosa. Al llegar a la habitación en el pasillo nos encontramos con la señora de la limpieza que estaba con un carrito de supermercado lleno de sábanas para planchar con la puerta del cuarto de aseo abierta porque la pobre señora cómo estaba planchando sábanas no aguantaba el calor en el cuarto de planchado y tenía el carrito en pleno pasillo de huéspedes. En eso aparece el dueño y les señala a nuestros hijos de manera muy grosera y matonesca que no hicieran ningún “desastre” en la habitación siendo que recién estábamos abriendo la puerta. El lugar cuenta con aire acondicionado pero te lo hace pagar por separado, cosa que nos pareció de muy mal gusto, no por el costo sino porque estamos en época de pleno calor. Luego de algunos inconvenientes cambiamos de habitación por dos habitaciones (que era lo qué habíamos pagado) yo me quedé en una habitación de tres camas con los niños y una de las camas ni siquiera nos la hicieron, sólo tenía el cubrecamas, estaba sin sábanas!! Tuvimos que dormir en dos camas. El famoso aire acondicionado hace un ruido insoportable que no te deja dormir. Por si fuera poco, el baño ni siquiera cumple con los estándares de un hotel de 3 estrellas ya que las medidas no alcanzas ni a los 4 metros cuadrados, la ducha no existe prácticamente ya que tiene unas persianas plegables que al cerrarlas el retrete no se puede utilizar, el baño queda completamente mojado y no tiene nada antideslizante. El lugar en general tiene un ambiente muy tétrico, las escaleras de acceso común tienen una alfombra inmunda y prácticamente nunca hay personal que atienda para nada, siempre está sola la hija del dueño o el dueño que como pueden ver en otras reseñas tiene muy mal trato y también lo pueden ver en las mismas respuestas que él da a los comentarios que han dejado otros huéspedes tanto en esta plataforma como en otras más. Lamentablemente no somos los únicos y peor aún no seremos los últimos en vivir una horrible experiencia en este lugar. Teníamos reserva por 4 noches pero solo nos quedamos 1, al otro día salimos corriendo de este lugar.