Al ver que el hotel costaba unos 2000€ por 4 personas, creía que el hotel iba a ser muy lujoso, pero más bien se sentía como un antiguo hotel cuyos mejores días ya habían pasado. La decoración estaba repleta, por algún extraño motivo, de espejos rotos (aviso a supersticiosos), y el interior necesitaba una reforma en muchas partes. Si tienes la oportunidad de elegir la habitación, jamás escojas las que tengan vistas a la calle y/o estén en la última planta, porque son las peores. (Por desgracia, mi habitación daba a la calle y estaba en la última planta). Hacía un calor mortal en la habitación, y para colmo, el aire acondicionado, el lugar de expulsar aire fresco, echaba aire fétido. Avisamos de ello a recepción 2 veces, pero fue en vano. La comida era mediocre. Aunque había algunas cosas que estaban buenas, y me gustó la dinámica del buffet libre, la baja calidad de la mayoría de los productos desestimó mis esperanzas. Siguiente punto: Las distancias. En la web en la que miré el hotel decía "en primera línea de la playa" pero estaba a casi 20 min caminando. Hablando de falsas promesas, también decía "espectáculos en los jardines", pero lo más animado de los jardines (la verdad de lo más bonito del hotel) era una cutre discoteca infantil. Lo único que salva al hotel es la piscina, la cual era fabulosa, y era lo único del hotel que se podía merecer 4 estrellas. En resumen, no os dejéis llevar por las primeras apariencias, porque en este caso, suelen ser engañosas.
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